La famosa y adinerada diva Victoria (Betiana Blum) vive con su amante pago (Mario Guerci) al lado de un convento de monjas azotado por la tos convulsa. Para escapar de la epidemia, una interna (Julieta Poggio) vive temporalmente en la mansión de la actriz por pedido de la Madre Superiora (Mónica Villa), cambiando para siempre la perspectiva de la vida de todos sus integrantes, sobre todo la del hijo nerd de la diva (Agustín Sullivan). Con toques de comedia delirante al estilo Muscari, el mundo de las apariencias es el gran tema de esta obra: lo ficticio y ordenado de la mansión contra lo real y espontáneo de la huérfana. El vestuario, la escenografía, el léxico de los personajes y los breves momentos de baile entre escena y escena le aportan una vitalidad a la obra que parece haber sido escrita hoy.