“Lo que no se habla se te pudre adentro” dice un personaje, y esa es, sin duda la frase que convoca el desarrollo de esta pieza costumbrista. Una familia que se quiere pero que no se comunica, miedos y vergüenzas, silencios que reclaman voces. La obra de Juan Carlos Bardillo con dirección de Jorge Azurmendi, que obtuvo nominaciones para los Premios Florencio Sánchez y María Guerrero, invita al espectador a reconocer personajes que sufren, aman, reclaman en el contexto de las décadas del 40 al 70 en nuestro país.¿Por qué ocultar los sentimientos?, ¿de qué no se habla?, ¿es posible negar la realidad, las diferencias, a los otros? Un protagonista, Víctor, encarnado por Ulises Pafundi, transita los momentos más significativos de su infancia y adolescencia que lo constituyen en el individuo que es en el presente. Su madre, Paula, magistralmente interpretada por Rita Terranova, es la prototípica mujer provinciana que sufre los abusos de su marido, que no puede enfrentar la realidad de sus hijos, que hace tanto como puede y no sabe cuánto puede. Completan el elenco la tía Celia (Cristina Dramisino), un personaje gris, que vive a través de la familia, del cine y la radionovela; Vicente (Roberto Romano), un padre abusivo y malhumorado que en realidad no sabe cómo hablar con su familia; Beatriz, (Laura Di Carlo), una hija en apariencia fuerte pero vencida por el contexto familiar; y Fernando (Emanuel Biggini), el amigo y gran amor del protagonista.Un elenco de lujo que hará sentir, pensar, reflexionar al espectador. Secretos guardados durante años que serán dichos o se mantendrán así, callados, pero ya no ocultos, porque las verdades, finalmente, deben salir a la luz en una sociedad que, tanto en aquellos años como ahora, se abre dificultosamente camino frente a la hipocresía, la falsa moral o las culpas.